ÉRASE UNA VEZ


Selección vintage por Artits Project

Toda historia tienen un principio y un final y cuando me las contaba mi abuela siempre empezaban con un “érase una vez”, terminaban con un “colorín, colorado este cuento se ha acabado” y si había suerte, con un cántico y un buen baile. No se si podré cumplir tan grandiosa expectativa pero honrando esta herencia, voy a contaros una historia. Lo del baile ya veremos.

Lo hice mal durante 20 años. Empecé a elegir mi propia ropa, con el dinero de mi madre, que duele menos, desde muy pequeña. Armarios a rebosar. Ropa sin usar. Aprender a comprar parece sencillo. No lo es.

Soy hija de la segunda mano. En mi casa siempre se heredaba ropa de mis tías, primos y vecinas. Pero lejos de estigmas, siempre encontré algo muy mágico en esos jerséis de lana, pantalones ya vintage y zapatos con arañazos. Como si al ponerme esas prendas se me diese la oportunidad de habitar por un momento la vida de aquellas personas.

Ese placer exótico de “lo prestado” continuó compartiendo los también rebosantes armarios de mis amigas. Crecimos a la vez que el “fast fashion” y eso alimentó nuestra disfuncional relación con la ropa. Teníamos ropa suficiente para vestir a tres ejércitos.

A partir de los 20 empecé a aturullarme en ciertas tiendas. Entonces afloró mi alma fenicia y empecé a dedicar fines de semana y viajes a buscar tesoros en tiendas de segunda mano. No me desanimo fácilmente,  lo importante es la búsqueda en sí, entrenar el ojo, la curiosidad. Ya curtida en los zocos entendí que lo cool no era estrenar sino saber encontrar.

Copas vintage

Prendas singulares, con tejidos de calidad, patronajes bonitos, que trasciendan las temporadas y que duren en el tiempo. Vamos lo contrario a comprar una ganga camiseta con un destino incierto después de meterla en la lavadora. Esta parte de la historia no se si es irónica o trágica.

Después llegó la información sobre la industria de la moda y con ella la indignación. Y la conciencia de que vivimos en un mundo interconectado y que todo lo producido regresa a la tierra como alimento o como veneno.

Vestir no es un acto políticamente irrelevante, sino una práctica diaria asociada a realidades globales. No se si, gracias al diabólico marketing, la palabra sostenible conserva algo de su significado original, o si de tanto sobarla se ha quedado vacía, pero lo que si se es que no habrá un cambio verdadero hasta que produzcamos y compremos mucho menos pero mucho mejor.

La historia de una prenda tiene que ser un motivo de orgullo e ilusión tanto para las marcas como para las personas que las llevan. Así surgió Artits Project y ahora vamos un paso más allá.

Queríamos hacer moda ética y sostenible y después de darle muchas vueltas hemos encontrado que lo más responsable que podíamos hacer era compartir esta pasión fenicia y ofreceros una cuidada selección de prendas vintage y de segunda mano. Así nace el proyecto “Érase una vez”. Mismo late motiv. Usar y no tirar. Usar y reutilizar. Prendas que hoy disfrutan de una segunda oportunidad o ¿quizás seamos nosotras las que tengamos una segunda oportunidad para disfrutar de las cosas bien

Ropa vintage

Nuestras abuelas, como siempre llevaban razón: mejor tener poco y bueno.

 

Y colorín colorado este cuento no ha terminado.

 

 

Save the planet, buy vintage.